Solo quien ha caminado por el valle de las sombras...
No siempre fui Life Coach. Primero fui exigente y autoexigida. Esta es mi historia.
Durante mucho tiempo, creí que pedir ayuda era un signo de debilidad. Sentía que si no podía con todo sola, estaba fallando: en el trabajo, en la vida, como pareja, como madre. Me aferraba a la idea de que debía ser capaz de enfrentar cada desafío sin mostrar vulnerabilidad.
Me exigía demasiado, pensando que mi fortaleza estaba en ser autosuficiente. No paré… hasta que me enfermé, atrapada entre el perfeccionismo y la culpa. Fue entonces cuando entendí que la resiliencia no se mide por cuánto podemos cargar, sino por la capacidad de reconocer cuándo necesitamos ayuda.
Después de transitar ese camino, aprendí a reinterpretar qué es la verdadera fortaleza. Hoy sé que no tenemos que hacerlo todo solos. Hay personas dispuestas a caminar a nuestro lado, a sostenernos cuando lo necesitemos, y a recordarnos que, incluso cuando fallamos, seguimos avanzando. Y que seguimos siendo valiosos.
Si alguna vez pensaste que debías hacerlo todo solo, quiero recordarte que no es así.
Puedo ayudarte a encontrar propósito y dirección. ¿Te animás a dar el primer paso?

